Así definía Miguel de Unamuno una construcción importantísima de nuestra ciudad. Se trata de nuestro corazón. Aquel lugar que siempre recordamos como salmantinos con nostalgia. Aquel espacio que constituye el centro neurálgico de nuestra vida cotidiana. Donde quedamos con los amigos, donde acudimos a conciertos, ferias del libro... No hay evento que no disfrutemos mejor en otro lugar. Sin deciros nada más, probablemente sepáis de qué se trata.
Es la Plaza Mayor de Salamanca. Este imponente monumento de la capital charra tiene ya más de 250 años. Es un ejemplo importantísimo del barroco español y, permitidme la licencia, constituye el máximo exponente de las plazas mayores castellanas.
Por sus arcadas deambulan diariamente multitud de salmantinos y turistas. Cada uno con una motivación y destino diferente, pero todos bajo un mismo marco de belleza inigualable. Resulta increíble imaginar cómo con lo afortunados que somos de tener esta joya no somos capaces de detenernos diariamente a observar su belleza, a maravillarnos con sus composiciones perfectas y deleitarnos con cada uno de los medallones que jalonan este cuadrilátero imperfecto.
Desde el punto de vista artístico, cabe destacar el hecho de que no se trata de un cuadrilátero perfecto. Sus lados no miden lo mismo, y a pesar de eso creemos que si pues las diferencias son mínimas y el resultado tan asombroso... Y ese resultado asombroso no es otro que la capacidad de la plaza para generar una belleza increíble gracias a la repetición de una serie de estructuras de piedra dorada de Villamayor.
Dicha estructura repetitiva no es otra que una balconada de tres pisos que finaliza en una serie de 96 pináculos y que, ayudados de una base en forma de arcos dan lugar a la majestuosidad de la misma plaza. Además de ello, cada arco cuenta con una serie de medallones que recogen dibujos de personalidades y acontecimientos vividos en nuestra nación. Se podria decir, pues, que pasearse por la plaza Mayor es recorrer la historia de nuestro país.
Detalle del medallón de Miguel de Unamuno
Me gustaría preguntarme cuántos de vosotros os habéis parado en algún momento de vuestros 20 años a observar cada uno de los monumentos que ya de por sí esconde este magnífico monumento, pero no quiero deprimirme. Entiendo que hoy en dia este tipo de arte no tenga el mismo tirón que tenía antaño. También sé que visitar Nueva York, París o Londres es muy moderno pero detenerse media hora a contemplar nuestra plaza mayor no. Sin embargo, como buen salmantino que soy me agrada saber que en nuestra plaza existe una arcada real y un pabellón de los descubridores, que nuestra plaza Mayor tiene más de 250 años y es de estilo barroco o que cada una de las cuatro esculturas que se sitúan en lo alto del Ayuntamiento representan a la Artesanía, el Comercio, la Agricultura y la Industria.
La importancia de observar todas estas cosas radica en que no podemos dejar pasar la oportunidad de deleitarnos con un monumento tan hermoso y que representa tanto para nosotros. Una joya que debemos defender a capa y espada. Un lugar del que sentirnos orgullosos y, sobre todo, un lugar vivo y del que poder disfrutar del buen arte. Un arte que a muchos escapa y que no debe dejarnos indiferentes.
Muchas veces, no sé si también os pasa, me hace gracia cuando se ilumina la plaza y se ecucha el famoso OHHHHH entre foráneos y salmantinos. Ese OHHHHH que tanto me gusta refleja un setimiento que exhalta la belleza de este enclave. Es un OHHHHH que nosotros no deberiamos cansarnos de repetir porque debemos sentirnos muy afortunados de contar con este espectacular representante del barroco a apenas unos minutos de nuestros hogares.
Desde aquí os invito a que paseéis de nuevo por este lugar. Pero un paseo para el disfrute, un paseo en el que, como alumnos de Expresión Plástica tengáis constancia de cada uno de los elementos que aquí se recogen y de otros muchos que, a buen recaudo sé estoy obviando en esta entrada.
Y sino, os invito a preguntaros si realmente el ayuntamiento tal y como lo conocemos estaba destinado a tener su aspecto actual o al final no se construyó tal y como estaba proyectado. ¿Qué me decís? ¿Un garbeo por la Plaza? :)
(Imágenes sacadas de Google)
Gracia Alberto por mostrarnos tu "pasión" por los monumentos y sobre todo por nuestra ciudad: Salamanca. Me encanta que nos informes sobre estos asuntos que a la mayoría de personas olvidan. Un saludo.
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