sábado, 9 de abril de 2016

Piensa, pero en su justa medida...

¿Sabéis? Quizás haya dejado de escribir estos meses como consecuencia de unas oposiciones que se antojan complejas y difíciles. Ciertamente, no me considero único en este proceso. El hecho de tener cerca personas que comparten tus ideales, tus sueños y tus frustraciones puede hacer que veas esa realidad como la norma, aunque no lo sea. Creo, que es cosa de la edad. Dejad que me explique.

La vida universitaria es como un primer oasis de libertad. Tienes edad y energía para hacer lo que te place, para viajar, disfrutar, beber, correr, bailar... para dejar de lado ese niño que eras y aventurarte, poco a poco eso sí, porque deprisa no se entiende tan bien el mundo, hacia tu futura vida laboral. Pero, nunca te planteas, o al menos eso me ha sucedido a mí, muchas cosas más allá. Mi propia personalidad me ha hecho obviar esa conversación que algún día debes tener contigo mismo acerca del futuro inmediato. Es algo como: "¿ y ahora, qué?", tratando de dilucidar un futuro que, cosas de los tiempos que nos ha tocado vivir, parece inalcanzable. 

Y cuando todo acaba, porque acaba, te encuentras ante una nueva etapa en la que todas esas preguntas que quizás antes no hiciste o no planteaste llegan a ti. Es ahí cuando realmente sientes que comienzas a ser alguien mayor que busca, con más ahínco que nunca, ese prometedor futuro laboral. Llegará antes o después, depende de ti y, en mi caso, del azar. Pero no sé si será el hecho de observar cómo otros lo van logrando lo que te hace dudar de si no podría llegar ya ese momento. Inconscientemente, olvidas que todo llega, que eres demasiado joven y que tus sueños están por encima de las posibles trabas que, evidentemente, encontrarás. 

Así que dejas de pensar, porque ojalá estas dudas sean todos los problemas que podamos tener en nuestro día a día. Sabes que, en algún momento, llegarás a ese lugar, a ese futuro con el que siempre has soñado. Solamente se trata de seguir caminando, de visualizar ese futuro y esperar que, cuando llegue, no empieces a mirar con añoranza la época en la que tu única preocupación era estudiar para encontrar un trabajo. A veces, desgraciadamente, parecemos tan obcecados en seguir "la norma" que nos olvidamos de que el aquí y el ahora es lo más importante. Así que vive, disfruta y esfuérzate un poquito, que todo acabará por suceder. 

¡Hasta la próxima amig@s! Y que el sábado os dibuje grandes sonrisas :D