viernes, 20 de septiembre de 2013

Distancia

Ayer me dijo un amigo que cuando una persona está lejos de su amado/a todo le recuerda a él o a ella. Ve muchas más parejas y todo a su alrededor son arrumacos y caricias. Se supone que ve todo lo que desearía hacer con su pareja en ese momento. Ese pensamiento le hace ver como extraordinario algo que desde hace mucho tiempo a su alrededor es habitual. Y es que, debe ser muy duro querer tener a tu lado a esa persona que te regala tanto sin pedir nada a cambio. Debe ser una putada sentir que te falta alguien que, desgraciadamente, no está contigo todo el tiempo que desearíais. Es un poco duro pensar que tu pareja no va a estarte esperando a la salida de la facultad ni tú vas a hacer lo propio con ella porque hay 200, 300 o 1000 kilómetros que os separan. También debe ser una mierda ir los domingos al cine y encontrarte con tantas y tantas parejas que aprovechan ese día que los demás solemos tirarnos a la bartola porque quieren comenzar bien la semana, y que mejor que al lado de esa persona. 

Esa persona que para los demás no tiene ninguna importancia. Esa persona que para los demás es "del montón". Esa persona que intenta por todos los medios que tu felicidad sea la nota dominante de cada día que pases en este mundo. La persona con la que sueñas, con la que ríes y con la que lloras. Esa persona no es cualquier persona.

Yo, por suerte o desgracia, me veo en esa misma situación. Pero no lo veo como algo negativo, a pesar de lo expuesto anteriormente. No, lo veo como algo por lo que dar gracias día a día. Sí, todos los inconvenientes antes expuestos me los sé de sobra. Pero también reconozco que a mi alrededor veo que esa gente que se ve tanto y está tan unida no es capaz de dar valor a lo que tiene. Quizá el verse día a día sea un impedimento. Puede que te agobies y que no quieras simplemente verla. Puede que sientas que no te comprende si un día no quiere quedar contigo porque está cansada o simplemente no quiere verte en esa ocasión. Vas sumando bobadas, y al final estallas. Estallas cuando no deberías y tiras por la borda todo lo que merece la pena. No te das cuenta que mucha gente daría lo que fuera por estar en tu situación y lo único que haces es cagarla y volverla a cagar, consiguiendo que sus buenos días se tornen malos simplemente gracias a tus desplantes o malas contestaciones.

Y yo, puesto que sólo puedo disfrutar de ella un fin de semana al mes, aprovecho cada momento a su lado. Dejo al margen cualquier posible movida porque mi única premisa al verla es aprovechar todo el tiempo perdido. Ya que no puedo hacerle ver día a día de forma física lo importante que es para mí me conformo con hacerlo un fin de semana el mes. Y, fijaos lo intenso que puede llegar a ser: ese simple fin de semana al mes me hace ver que merece la pena. Me hace comprobar que nunca hemos dejado de ser lo que un dia empezamos a ser: dos niños chicos que nos reíamos de cualquier cosa y que comenzamos a cogernos cariño y, con el paso de los años, aquí seguimos. Ella allí y yo aquí, SÍ, pero ya habrá tiempo para coincidir en un mismo lugar. No hace falta quemar etapas demasiado rápido y querer convivir ni mucho menos llevar relaciones como si tuviéramos 40 años.



Hoy quiero que toda esa gente que vive su amor en la distancia sea consciente de que son precisamente esos 200, 300 o 1000 kilómetros los que te hacen valorar a la persona que está contigo. Que son esas conversaciones por teléfono las que llenan nuestros corazones. Que son esos abrazos de reencuentro tras un mes sin veros los que os llenan más que cualquier piquito diario. Que esos besos de despedida son los más húmedos que podríais daros en años. Porque cuando me despido de ella realmente sé que va a estar ahí, pase el tiempo que pase. Y ya ha pasado demasiado tiempo :D

Así que ya sabéis , como dijo el gran Julio Cortázar:
SÓLO NOSOTROS SABEMOS ESTAR DISTANTEMENTE UNIDOS




Imagen: tumblr.com

lunes, 16 de septiembre de 2013

La hipocresía de los que nos gobiernan

En todo país democrático, o eso nos hacen creer, los políticos que nos representan se eligen cada cierto tiempo. Pasados cuatro, cinco años... los que "mandan" vuelven a pasar por el filtro de la sociedad y somos nosotros los que les votamos, ¿atendiendo a qué criterios? Cada cual sabe los suyos. Yo de mis políticos espero saber estar, respeto, compromiso, lealtad , vocación, servicio público y, como no, educación. Y cada uno dispone de un amplio abanico de partidos y de caras que, en mayor o menor medida, van a velar por los intereses de su población. 

Mucha gente, con el paso del tiempo, se va asqueando de los políticos que votaron pues sus compromisos no se cumplen o no están a la altura del cargo que ostentan. Muchos prometen proyectos y reformas irrealizables. Otros simplemente piden esfuerzos en forma de bajadas salariales o de derechos básicos atendiendo a las necesidades económicos del momento. Y lo menos que podemos pedirles es que esas reformas sean coherentes: es decir, que ellos también se aprieten el cinturón. Del mismo modo, y e ahí el tema que hoy me atañe, nos piden unos conocimientos de los que ni ellos mismos disfrutan.

Y es que, el pasado 7 de Septiembre se celebró en Buenos Aires la reunión del Comité Olímpico Internacional para decidir que ciudad acogería la XXXII edición de los Juegos Olímpicos de Verano del año 2020. Entre las candidatas, la capital de nuestra nación. Madrid se presentaba por cuarta vez (tercera consecutiva) a este evento de fama mundial y lo hacía con la firme convicción de que esta vez era la nuestra, de que a la tercera va la vencida. No entraré a valorar si los juegos eran merecidos (creo que sí) ni tampoco si nos saldrían rentables a los contribuyentes españoles (cosa que dudo después del gasto en infraestructuras y en intentarlo ya por tercera ocasión seguida). Lo que ha encendido las alarmas de todo el país fue el discurso de la alcaldesa de la capital española en el idioma de Shakespeare. Preparada para tal aparición, la citada alcaldesa pronunció un discurso algo cojo en pronunciación que sin embargo dejó clara la intención de la ciudad de acoger con los brazos abiertos a todo el que quisiera visitar Madrid para tal celebración. Y, cargada de memoria y sonrisas se dispuso a hablar en inglés, ya os digo nuevamente, algo forzada y evidentemente no todo lo bien que su puesto merece.

Hasta aquí todos de acuerdo. Fue un discurso mal pronunciado a los ojos de todos y bastante criticado en las redes sociales. Aún así, quiero decir que para una mujer que probablemente haga mucho tiempo (tal vez nunca) que no refresque su inglés el discurso no ha sido tan espantoso. También digo que la mayoría de nostros lo haríamos, si cabe, peor que ella. Quién sabe si la política idiomática en España no es la adecuada, quién sabe si somos vagos o ineptos de nacimiento, quizá sea la televisión que nos lo de todo doblado, masticadito para que no tengamos que pensar y así seguir apoltronándonos en el sillón sin darnos cuenta de que en este mundo tan globalizado no saber inglés es como ir a comprar el pan desnudo, una auténtica demencia.

Y mientras, parece que nos alegramos, vamos por el mundo sin saber ni papa de inglés en la mayoría de países este idioma es algo vital. No creo que la culpa sea de que en la Educación Primaria haya pocas horas de dicho idioma cuando la mayoría de las asignaturas se dan en inglés (otro error que nunca concebiré) sino más bien en la mentalidad nacional. Bien que nos reíamos cuando de pequeños veíamos cine de Barrio con nuestros abuelos del típico viejillo que llegaba a la ciudad y se encontraba dando tumbos sin conocer nada ni a nadie, y no nos damos cuenta de que, cuando por la calle nos hablan en inglés, por, mismamente una dirección, apenas sabemos gesticular y pronunciar palabras (la mayoría de ellas mal pronunciadas y en un "spaninglis" que asusta). He estado este fin de semana en Aveiro (Portugal) y era asombroso cómo hablando castellano todo el mundo te entendía y te contestaba en tu propia lengua. ¡Vergüenza nos daría ir después diciendo que es un país atrasado como tanto nos gusta afirmar en España!

¿Quién tiene la culpa de todo esto? ¿La escuela? ¿La televisión? ¿Los políticos?  Quizá estos últimos, por respeto a nosotros y todo lo que nos exigen hoy en dia (B1-B2-First...) deberían tener la decencia de conocer un poco más aquello que consideran tan vital para nuestro desarrollo. Explicar sino, como futuros docentes, por qué los políticos que nos representan, los que debían ser la voz de España, los que dan la cara en el exterior, no son capaces de hablar con soltura un idioma que en la escuela se considera tan básico. Aún así, buen intento por parte de la señora Botella, espero, como futuro docente que confía en la educación, siga mejorando con el inglés para que la gente no vuelva a criticar discursos que, con el cargo que ostenta, debería tener más pulidos. Bastante más.



Hasta la próxima amigos :D

jueves, 12 de septiembre de 2013

La Atenas de Occidente

Hoy he vuelto a pasar por este blog que tantos quebraderos de cabeza me dio. Unos días no sabía acerca de qué escribir. Otros simplemente me invadía la pereza. Las entradas relativas a teoría me aburrían pues muchas de ellas me parecían poco interesantes para los intereses que yo pudiera tener. Pero siempre había algún momento en el que sentía verdaderas ganas de escribir, de volcar aquí todo lo que me pareciera interesante. Pues bien, con ese mismo hábito quiero continuar. Quizá no tan asiduamente, o sin tocar los mismos temas. Tampoco quiero cambiar un ápice de lo que esto fue. El pasado nos enseña que todo tiene un por qué y nos ayuda a entender el futuro, y esto empezó siendo un blog de clase, un blog que hice obligado y hoy día quiero continuar.

Podría citar a Fray Luis de León el cual, tras 5 años en la cárcel volvió a la Universidad de esta preciosa ciudad a orillas del Tormes dijo a sus alumnos: "Decíamos ayer..."

Pues bien, hoy quiero hablaros de La Atenas de Occidente. 

¿Sorprendidos? ¿Por qué se le llamará a Salamanca la Atenas de Occidente? Yo no lo sé, pero me aventuraré a afirmar que es por los múltiples filósofos (véase Escuela de Salamanca) y estudiosos que habitaban en ella antiguamente. Por los múltiples estudios, los grandes descubrimientos y los importantes personajes que se formaron en el Estudio General que abrió sus puertas hace casi 800 años. Por los Fray Luis de León, Miguel de Cervantes, Miguel de Unamuno, Cristóbal Colón, Salinas, Santa Teresa de Jesús... que han hecho de esta ciudad ese gran marco cultural en el que nos encontramos.

Y a pesar de haber contado con ese importante grupo de gente en nuestras calles, y a pesar de tener un patrimonio envidiable y esas construcciones que tanto deberían ensimismarnos, aún hay gente que cree que esta ciudad no vale para nada. Cree que la solución a nuestros problemas y a su propio futuro es emigrar, abandonar este lugar que tanto nos ha dado. Cree que ser moderno y urbanita es viajar a París o Nueva York sin tan siquiera haber visto el edificio histórico de la Universidad, la Casa Lis o Ieronimus. Gente que cree que residir aquí y no en Madrid es una paletada cuando hemos sido la ciudad en la que media Europa ponía los ojos hace ahora 400 años.

Y es que ayer pensaba en todo ello al observar esto:


¿Cómo es posible que haya gente que obvie que la biblioteca de la imagen inferior recoge una de las mejores colecciones del Mundo Occidental? ¿Puede haber realmente salmantinos que no conozcan la Universidad en activo más antigua de España y la primera del mundo en obtener tal título por parte de la Santa Sede? ¿Sabemos acaso que el reloj de la Catedral Vieja de Santa María es el más antiguo de cuantos jalonan las catedrales españolas? 

Desgraciadamente, para muchos de nosotros esto ha dejado de tener valor, porque Salamanca nunca llegará a ser una ciudad de renombre hasta que nos monten un IKEA o un PRIMARK, ¿verdad? Quedará como una ciudad mediocre sin su equipo de fútbol y sin un AVE en condiciones. Y no digo que estas cosas sean importantes, no conoceréis defensor más acérrimo de estas cosas que yo. Pero mucho más triste me parecería vivir en una ciudad con todas estas cosas carente de Patrimonio e historia como nuestra bella Salamanca. 
Porque hace ya más de 2700 años esta ciudad apareció, pero aún quedan demasiados para que caiga en el olvido. Y ya me diréis si no os sentiréis orgullosos cuando, desgraciadamente, probéis suerte lejos de aquí y afirméis bien orgullosos que vuestro lugar de nacimiento, vuestra tierra, se encuentra un poco más allá, en un vado natural sobre el Tormes engendrado hace ya más de 2700 años. Y ese vado no es otro que Helmántica/Salmantica/Salamanca... 


Esa ciudad que se ha forjado en torno a grandes descubridores, a grandes mentes pensantes que han guiado durante muchos años el devenir de España. Suena a exageración, pero es la verdad. Es una ciudad increíble que nunca me cansaré de descubrir. Ayer visité en el día de puertas abiertas el edificio histórico (una vez más), Ieronimus y otros tantos espacios con los que contamos. Os invito a que os detengáis en cada rincón de esta ciudad cultural. A que os deleitéis con las vistas, con un café en la Plaza Mayor, a que descanséis tumbados en la Plaza de Anaya, a que acudais con vuestras parejas al Huerto dde Calixto y Melibea.

Y por favor, no os permitáis la catetada de ir a visitar otras ciudades sin antes descubrir verdaderamente la vuestra, seáis de aquí o de donde sea. Yo tengo claro que le debo mucho a la mía, y por ello doy mil gracias.







GRACIAS


Por cierto, ¡FELICES FIESTAS A TODOS! ¡VIVA LA VIRGEN DE LA VEGA!

Fotos propias