miércoles, 23 de noviembre de 2016

Ken Robinson: Cambiando paradigmas

Resulta increíble pensar hoy en día acerca de todo lo que ha cambiado nuestra sociedad. Basta con dar una vuelta por cualquiera de nuestros hogares para comprobar cuáles son esos nuevos inventos que nos han hecho la vida más cómoda y sencilla. Basta con comprobar que los pensamientos colectivos son distintos, que los valores que compartimos también han cambiado y que la forma de entender el trabajo, las relaciones, la sexualidad o las amistades también. Pero, ¿qué me decís del sistema educativo?. 

Evidentemente, no quiero ser alarmista ni negativo, pues también ha sufrido cambios. Hoy en día nos encontramos con una escuela más abierta y participativa. Una escuela donde los profesores tratan de adaptarse a las características de sus alumnos/as y donde nuevos artilugios como la pizarra digital o los ordenadores individuales se van incorporando poco a poco a la estética de nuestras aulas. Sin embargo, y  así sucede en la mayoría de los casos, nuestras aulas siguen manteniendo unos agrupamientos (individuales o por parejas) que no fomentan en absoluto el trabajo en equipo en una sociedad que cada vez lo demanda más. Enseñamos a nuestros/as alumnos/as a competir por una nota, a ser el/la mejor en asignaturas que, en muchos casos, tienen poca importancia para él/ella. Queremos que sean los mejores, que compitan entre ellos/as y les enseñamos que el que saca un 10 es un triunfador y el que saca un 2 no lo es, sin cuestionarnos siquiera si hemos adaptado nuestra labor educativa a sus necesidades, a sus características. Y después, cuando todo esto acaba y nuestros/as alumnos/as se convierten en personas laboralmente competentes se encuentran con un mundo en el que han de cooperar y trabajar en grupos sin apenas contar con experiencias previas. Ken Robinson establece, con gran acierto, un símil entre este sistema y una fábrica. Y ya no solo al referirnos a esta disposición lineal que asemeja a una cadena de montaje. Se trata más bien de etiquetar a nuestros alumnos con marcas, como si de modelos se tratase, llevando al resto a asemejarse a aquel que obtuvo el mayor reconocimiento, el mejor galardón. Y el hecho de no juzgar las mejores individuales nos lleva a plantear que todos deben ser iguales, estableciendo criterios homogéneos para personas que no guardan tantos parecidos como creíamos antiguamente. 

PARA MÍ ESO ES UN ERROR. Un error porque hoy en día solo interesa ser el mejor, ser el más capaz, llevando incluso a creer por buenos contenidos o asignaturas con las que no todo el mundo comulga. Obviamos, dicho sea de paso (y si mi situación de docente de Educación Física lo permite), asignaturas importantes como la mía o Educación Artística porque eso no garantiza que un alumno sea económicamente viable en el actual sistema, dejando la mayor parte del currículo a las Matemáticas, el Lenguaje y los Idiomas. ¿Cómo creéis que se va a sentir un músico en ciernes, un futuro atleta olímpico?. Desahuciado, creyéndose incompetente y ajeno a toda la realidad que le dice que se triunfa alcanzando un diez en Matemáticas o Lengua, en esas asignaturas troncales que le van a permitir un buen trabajo. Yo me pregunto: ¿dónde está ese modelo educativo adaptado a sus intereses?, ¿dónde está ese modelo que permite elegir un camino?, ¿dónde está ese modelo que permite pensamientos diversos, sentimientos encontrados, juegos de palabras, trabajo en equipo, movimiento y danza?. 

Cada día que pasa estamos tratando de cambiar la escuela, pero si ésta no cambia al ritmo que marca la sociedad y se adapta a nuestros/as alumnos/as, siempre tendremos la sensación de ir a remolque del sistema que nos será, inexorablemente, ajeno. Consigamos volver a situar a la escuela como ese motor de cambio tan necesario pues, solo así, quizá consigamos que la gente vuelva a valorar lo que hacemos para sus hijos/as. PARA TODOS.

Con todos vosotros/as, Ken Robinson: CAMBIANDO PARADIGMAS 
(vídeo original en Inglés en Youtube). Resulta increíble que un simple vídeo como éste ayude tanto a pensar.



Hasta la próxima amig@s :D La canción del día


miércoles, 16 de noviembre de 2016

Pensemos en nuestros problemas

Me gustaría que por un momento pensaras en los problemas que te afligen hoy en día. Algo que desearías sucediera y aún no tienes. Algo que desearías cambiar porque parece impedirte llegar a la felicidad. Tu mayor problema, digamos. Quiero que pienses en ello detenidamente. ¿Falta un trabajo soñado, como pudiera ser mi caso?, ¿echas de menos a alguien?, ¿una enfermedad tal vez?. 


Ahora metamos todos esos problemas en un saco, y volvamos a repartirlos. Cada uno de nosotros ha volcado sus problemas en ese saco, aún a riesgo de que lo que reciba sea algo considerado más indeseable. Quizá despojarte del problema que te impide llegar a ser feliz te convierte, efectivamente, en alguien más capaz de afrontar tu día a día con un sonrisa. Pero también puedes dar con un problema que sea más difícil de solventar, de superar, y empieces a valorar lo que previamente tenías. 

Creo que realmente somos gente muy caprichosa, demasiado celosa del resto y queremos que todo llegue cuando ha de llegar. Queremos ser perfectos y que todo salga a pedir de boca. Parecemos obcecados en aquellos problemas los cuales en muchos casos son verdaderas chorradas al lado de lo que podríamos vivir en la vida, pero fijaos como es el ser humano, que incluso poniéndonos ante esta tesitura siempre pensaremos que aún así hay gente que vive mucho mejor que nosotros, que siempre seremos esos pobrecitos que aún no han superado sus problemas. Sin darnos cuenta, acabamos por aceptar como norma una rutina en la que nos machacamos diariamente en esos inconvenientes que parecen no dejarnos ser felices, obviando que todo ese tiempo que perdemos focalizando nuestras vidas en torno a dichos problemas no va a volver. 

Entonces yo me pregunto, ¿a qué esperamos para ser felices?. Problemas vamos a encontrar siempre, diariamente. Los hay que van a ser importantes de verdad, eso está claro. Pero la gran mayoría probablemente se solucionen con una charla entre amig@s, una cerveza y un abrazo. Lo que yo digo hoy aquí es que el tiempo que perdemos no vuelve, y es muy triste pasar días y días pensando constantemente en todo lo que se supone hemos de hacer, decir y pensar. Es triste pensar en qué hubiera ocurrido de haber tomado tal o cual decisión, de no haber hecho una u otra cosa, de elegir un camino u otro. 

Últimamente escribo mucho acerca de este tema, pero es porque creo que yo mismo intento autoconvencerme de que todo en la vida tiene un porqué, que la vida aún no se ha mostrado ante mi con todo su "esplendor" y que solo son coletazos del intento de aspirar a demasiado en poco tiempo y de ilusionarse tan rápido, pero este último aspecto no lo voy a cambiar nunca, porque considero que la ilusión es el sino del vivir. Así que, dejémonos de problemas y sonriamos más. 


Ya llegará la primavera, ¿NO?





Hasta la próxima amig@s :D