Por todos es sabido, incluso entre los pequeños, que nuestro planeta se convierte en un estercolero poco a poco. Los recursos se explotan de forma indiscriminada y la basura se amontona en las profundidades de los océanos y en cualquier lugar de la superficie terrestre. Nos hemos acostumbrado a rodearnos de objetos inncesarios y demasiado lujosos aunque de ello dependa la sobreexplotación de nuestro entorno. Vemos como algo normal, desgraciadamente, el hecho de tener a pocos kilómetros de cualquiera de nuestras ciudades algo parecido a esto.
No queremos darnos cuenta de que el planeta nos ofrece unas condiciones de partida ventajosa. Unas condiciones que, ciertamente, podemos aprovechar para lograr nuestros beneficio y para incorporar del medio todo lo que creamos conveniente. Pero, desgraciadamente, todo conlleva una modificación del mismo espacio que se torna tan necesario para nuestra supervivencia.
Sin quererlo muchas veces, estamos provocando múltiples catástrofes a los ecosistemas que cada vez se regenerarán, si lo consiguen hacer, mucho peor y más lentamente. Y, como estudiante de esta asignatura, me veo en la obligación de ofrecer una alternativa para todos estos residuos que, bien por hastío o por desconocimiento, no reciclamos pudiéndoles dar otro uso futuro. Un uso, por ejemplo, asociado al arte. Algo como esto:
Y es que, toda esta basura, no es otra cosa que una oportunidad. Significa aprovechar los recursos que aparentemente no tienen uso y dotarles de nuevas acepciones, en este caso, en relación al arte.
Todo lo que nos rodea: toda esa vegetación, esos objetos que podemos modelar, esos distintos materiales, imágenes... nos pueden ayudar a la hora de trabajar en el aula. Nos sirven para entender los diferentes conceptos, las formas que se dan de forma natural en el medio... las oportunidades son muchas.
Pero, a pesar de la multitud de oportunidades del entorno, he querido centrarme en estos materiales de desecho. Aquellos objetos que descontroladamente tiramos sin dar un segundo o tercer uso. Todo aquello que, aún aparentemente inofensivo, acaba causando grandes estragos. Y esos estragos no sólo los sufrimos nosotros:
Realmente dantesco, ¿verdad? He obviado exponer todo lo demás, porque verdaderamente este vídeo me impactó. Ya no es por nosotros, sino por todas las demás especies que habitan en este planeta que ha conseguido estar en armonía sin nosotros, que ha conseguido sobrevivir sin nostros y que ahora parece que queremos destruir.
No debemos creernos los dueños de todo. Otros vendrán y, espero, se darán cuenta de que hemos de cambiar el rumbo de nuestras vidas. Que el desarrollo no se base unicamente en los intereses económicos sin que nada más importe. Porque llegará un día, no sé cuando, en que esto nos estalle en la cara y no tengamos tiempo de rectificar.
Está claro que no debemos renunciar al desarrollo ni a los nuevos avances que nos deparará el futuro. Pero, debemos encontrar la forma de que el desarrollo sea lo más sostenible posible. Yo no quiero que mis hijos se encuentren con un mundo destartalado y sucio. Quiero que sepan que esta situación se consiguió reconducir y que puedan mirar al futuro con ilusión aprovechando todo eso que les sobra para, porque no, hacer una obra de arte.
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