sábado, 13 de diciembre de 2014

Cracovia, el destino soñado

Muchas veces, los mejores viajes comienzan cuando menos los planeas, cuando menos te lo piensas y cuando crees que todo va a ser una locura, porque realmente esas locuras son las que nos hacen sentirnos vivos.

Un día, visitando un buscador de vuelos, encontramos billetes muy baratos para Cracovia. Nos pusimos a investigar, y nos quedamos maravillados con la belleza de esa ciudad polaca que, ciertamente, conocíamos poco salvo por algunas personas que habían hecho turismo por la zona. Entonces, 13 personas decidimos emprender un viaje para allá. Billetes, un hostal más o menos céntrico y el conocimiento de la palabra "piwo" (cerveza) era lo único con lo que contábamos. Bueno, no lo único, porque cuando vas con un grupo de amigos que bien podrían considerarse familia poco más hace falta. 

Si, he dicho familia, porque funcionamos como tal. Porque hemos compartido demasiadas cosas, demasiados momentos. Familia porque aprovechamos cualquier oportunidad para encontrarnos, reírnos. Familia porque desde el mismo momento en que aparecimos en Madrid dispuestos a coger el vuelo que nos llevara hasta Cracovia las sonrisas y la sensación de sentirse a gusto nos acompañó en la totalidad del viaje y eso, señores y señoras, es algo que no cambiaría por nada del mundo pues, no me importaría el destino si la única premisa fuera estar con ellos.

Pero, tras muchos años de lucha incansable, el destino era el mejor posible. Algo como esto:

Iglesia de Sta. María. Plaza del Mercado, la plaza medieval más grande de Europa.

No sé si alguna vez os ha pasado, pero yo, cuando llegué a esta ciudad, me sentí feliz por estar en un lugar diferente. Un lugar que me habría un mundo de posibilidades. Un lugar con una cultura, unas personas, un clima y un entorno diferente. Todo lo teníamos que descubrir y estaba ante nosotros. Se trataba, pues, de una auténtica aventura. Una aventura que sólo disfrutaríamos una semana, y a saber si algún día tendríamos el lujo de poder repetir.

Es por ello, que esa semana significara algo especial. Siempre había algo que hacer y a quien conocer. El hostal era inmejorable, la gente que allí se alojaba (muchísimos españoles) siempre te regalaba una sonrisa o buenas palabras. Eran personas abiertas, mochileros de Interrail, extranjeros de año sabático, había de todo. De repente, y sin llevar mucho tiempo en la ciudad, te sientes parte de ella, pues pronto vas sabiendo regalar palabras como "Na Sdrovia" (salud) o "Gin Dobrey" (buenos días/tardes), "Piwo" (cerveza, buenísimas por cierto y muy baratas) y, después por la mañana, también aprendías a decir "Woda" (agua). 

No sé si tuvimos demasiada suerte, o si la compañía hizo el resto, pero allí todo nos parecía inmejorable. Los free tour te garantizaban visitas casi a diario, y pudimos disfrutar de un total de 4 (comida polaca, Cracovia macabra, Cracovia comunista/Ghetto judío y Cracovia). Todos ellos mágicos, todos ellos con cosas por descubrir, pero si queréis mi opinión, el mejor sin duda era el del Ghetto y el barrio comunista por lo que allí se ve y, sobre todo, te cuentan. La comida, sublime, llena de buena carne y sopas de verdura exquisitas, ahora, no esperéis ver demasiado pescado ni fruta. Los menús baratísimos (llegamos a comer por 3 euros un menú completo) y la gente sensacional. En todo momento hospitalaria y atenta, de hecho, Gregor, el dueño del hostal el primer día nos sentó en una mesa para compartir vodka y, cuando por fin conseguimos acabarlo, nos llevó al supermercado y nos compró otra botella ¡Si incluso salió de fiesta con nosotros y nos dejó pintarle un mural que aún guardan en su hostal de Cracovia! (si pasáis por allí fijáos, pone "Spain is different" :D). 

Pero ya no es sólo el hecho de estar rodeado de los tuyos en una ciudad tan mágica, es que la historia que encierra, todo lo que allí ha ocurrido ayuda a engrandecer, si cabe, la historia de esta ciudad polaca para la que sólo tengo buenas palabras. 



En la primera foto, podéis observar las minas de sal de Wielicka. Es una gran mina de sal excavada a muchísima profundidad que encerraba una ciudad completa. Esta mina incluso tiene una catedral hecha con sal y lo que allí se cuenta y lo que allí se observa te deja, simplemente, maravillado. ¿Cómo el hombre ha sido capaz de crear algo así?

Pero, desgraciadamente, también puedes preguntarte eso mismo al visitar otro lugar cercano a Cracovia, el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Merece la pena visitarlo, aunque si sois sensibles preparad los pañuelos, lo que cuentan en bastante duro.

El problema de estar a gusto en un sitio es que la visita se te hace demasiado corta y, desgraciadamente, una semana se pasa enseguida.

Y yo no sé si fue por ir con esta familia de la que ya os he hablado con anterioridad en el blog, o si fue debido a que, tras Portugal e Italia, aún no había salido de nuestro país (el cual también tiene muchísimo que visitar), pero la idea de conocer otras culturas o formas de pensar hace que siempre haya sentido interés por viajar a lugares como este. Lo malo es que, después de haber comprobado que este tipo de viajes es lo que me llena, necesite pasar gran parte del resto del año ahorrando para poder, un verano más, visitar lugares como éste con la familia. Este año toca Interrail, y estoy deseando comenzarlo para poder, algún día, contaros por aquí todo lo que me depare esta nueva aventura. Hoy, no quiero enseñaros más de esta ciudad que tanto me enamoró porque quiero que podáis descubrirla vosotros como lo hicimos nosotros.


Río Vístula, Cracovia

Así que, si tenéis la oportunidad, no dudéis en visitar esta y otras ciudades porque creo que ayudan mucho a poder ponernos en el lugar del otro, a saber que en la variedad está el sentido de la vida, está el hecho de pensar que lo nuestro es único y, quizá, poder valorarlo más. 



Hasta la próxima amig@s :D y recordad:


"Nadie está a salvo de las derrotas. Pero es mejor perder algunos combates en la lucha por nuestros sueños, que ser derrotado sin saber siquiera por qué se está luchando"  Paulo Coelho


(fotos propias)

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