viernes, 17 de abril de 2015

Las prácticas: persiguiendo un sueño

Hoy quiero compartir con vosotros un secreto; empecé a estudiar Magisterio gracias a mi madre. La ilusión que me transmitía al volver del colegio cada tarde, sus ganas por enseñar, las sonrisas que traía, la energía que parecían haberle inyectado sus alumnos hacía que pensara para mi: "esto es lo que quiero de mayor". 

Cuando llegas a la carrera, pasas tres años deseando que llegue ese gran momento en el que, por fin, te enfrentas a un nuevo reto: una clase deseosa de aprender. Tienes ante ti un periodo corto de tiempo en el que tienes que ejercer de médico, profesor, educador, psicólogo, abogado, payasete, mediador, cuentacuentos... sin salir de una clase. Una clase con niños muy diferentes. Niños que no se cansarán en todo el día, que te harán alzar la voz sí, pero también te proporcionarán las mayores risas posibles.

Y es que, tienen una magia especial. Ellos hacen que cada día, sea como sea y te encuentres como te encuentres (mal, bien, contento, triste, desganado...) se transforme en una nueva oportunidad para ser feliz. ¿Por qué?. Porque tienen ese don. Dan tanto sin darse cuenta que crees que nunca consigues devolverles lo suficiente. ¿Y por qué para ser feliz?. Porque es la premisa que toda persona debería perseguir. Porque, por encima de todas las áreas y conocimientos, intentas enseñar que lo principal es buscar la felicidad así como procurar la de los que nos rodean.

Con acierto o desacierto, consigues enseñar y educar a esos pequeñines deseosos de aprender. Habrá cosas que hagas mal, pero no te lo van a tener en cuenta. Habrá días que estés más irascible, y ellos conseguirán sacarte esas sonrisas que necesitas con sus chascarrillos y anécdotas. Y, al final, te darás cuenta de que todo el camino recorrido ha merecido la pena, porque, por encima de los muchos detalles que te regalan con el objetivo de que no los olvides (tarea imposible por otra parte) está la grata sensación de que, una vez más, has acabado un gran periodo de tu vida de la mejor manera posible, enseñando y aprendiendo.

ENSEÑAR Y APRENDER, proceso que todos deberíamos llevar a cabo toda nuestra vida. Nunca dejemos de aprender, por ellos. POR NOSOTROS.



Me despido con una frase que siempre me gusta regalarles. Espero que todos sepamos ponerlo en práctica:
"SABEMOS LO QUE SOMOS, PERO NO LO QUE PODEMOS LLEGAR A SER" William Shakespeare


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