Hace apenas una semana, la noticia de unas revueltas en la vecina Burgos salpicaban todas las ediciones de periódicos, telediarios... de ámbito nacional e internacional. ¿El motivo? Unas obras de remodelación. Una calle, aparentemente sesentera y bastante anticuada de la capital del Arlanzón, iba a ser reformada. Se iba a convertir en un bulevar con amplias aceras, carril bici... La pega era disminuir un carril por sentido y muchos aparcamientos que, dicho por otra parte, en ninguna ciudad sobran.
Ciertamente, y así contado, esta noticia causa estupor. ¿Por qué oponerse a algo tan positivo para la urbe burgalesa?, ¿Por qué no querer algo que mejora la calidad de vida de los vecinos?. Quizá pueda afirmar que los vecinos parecen estar en contra, en virtud de la cantidad de las manifestaciones que por Gamonal se han sucedido, pero podría parecer algo tonto puesto que, ¿y todos los que se han quedado en casa? También puede ser que la gente esté demasiado acostumbrada a usar su coche y, el hecho de dar prioridad a peatones y bicicletas en una de las calles más concurridas de Burgos...
La cosa es que se ha montado una gresca impresionante entre Ayuntamiento, Asociación de Vecinos, burgaleses... Todo esto ha llegado al oído de todos los españoles. En muchas ciudades se han desarrollado manifestaciones en apoyo a estos vecinos de Gamonal que defendían su calle. Una calle sesentera, sí. Pero la que ellos quieren. Quieren una calle donde poder aparcar y no tener que dejar el coche en un parking que les iba a costar una millonada. Quieren que los millones de euros de esa reforma se destinen a no cerrar plantas de su nuevo hospital, o guarderías municipales... O, cosa lógica también, que su ayuntamiento no se endeude más todavía.
No sé qué tendrán estas revueltas, ni si se podían haber evitado (seguramente), pero sé que hoy en día esa gente tiene todo el reconocimiento de la sociedad española. Pues han dicho basta. Y al final... pasa lo que pasa:
Imagen de Twitter
En mi humilde opinión, y si fuera político, escucharía un poco más a mis ciudadanos. Iría a mi puesto de trabajo en autobús urbano, como la inmensa mayoría. Viajaría en turista. Me pararía a hablar con aquellos que me eligieron porque, quizá entonces sepa valorar el puesto que ocupo, y a quien se lo debo.
Hasta la próxima amigos :D
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