martes, 6 de septiembre de 2016

No parece tan difícil como lo pintan

Creo que el principal problema al que nos enfrentamos en nuestro día a día es la rutina. Esta rutina siempre nos habla de unos ritmos prefijados, de una secuencia formada por estudios, trabajo, familia... por la que todos hemos de pasar si queremos incluirnos plenamente en la sociedad, si queremos ser algo y no salir del redil que de forma repetida nos ha dicho qué es lo que debemos hacer y cuándo. Sin darnos cuenta, dejamos de vivir por y para nosotros para depender de agentes externos que muchas veces obvian nuestros intereses o tratan de acercarnos a aquello que, incluso sin pensarlo detenidamente, creemos que es lo que hemos de hacer. La pregunta es: ¿Solemos plantearnos el futuro más allá de aspectos meramente económicos? o, lo que es más importante, ¿solemos disfrutar del presente o simplemente nos obcecamos con un futuro prometedor?. 

Creo que en la propia naturaleza humana reside el hecho mismo de intentar mejorar diariamente, de sobreponerse a las adversidades y de alcanzar la felicidad cueste lo que cueste. Pero lo que yo planteo aquí es si nuestro concepto de felicidad se basa en la concepción errónea de que los éxitos académicos o profesionales son lo más importante, dejando de lado aspectos tan variopintos y necesarios como las amistades, los sentimientos o el amor. Sin darnos cuenta, acabamos por aceptar que esas rutinas prefijadas socialmente son las que han de guiar nuestros designios, y llegamos a entender por éxito o fracaso aquello que nosotros somos capaces de alcanzar y otros no, o viceversa. 

Yo creo que el mejor camino pasa por entender que si te centras en lo que el resto alcanza y tú no dejarás de luchar por tu propio futuro, para pasar a depender de otro. Dejarás de entender que la vida es más sencilla de lo que nos venden, y la prueba está en que venimos al mundo sin nada, desprovistos de todo, para ir sumando capas en forma de frustraciones, complejos y animadversiones que poco tienen que ver con ser feliz. Creo que alguna vez todos hemos pensado en estos aspectos, los cuales después olvidamos  por considerarlos ciertos pero alejados del ajetreo del día a día o carentes quizá de sentido en un mundo que nos relega a mera comparsa, olvidando que realmente tenemos la potestad de hacer grandes cosas. Pero estas cosas también pueden hacerse despacito, sin ruido, con confianza y sin fijarnos en el resto. Porque al final cada cual tiene su propio futuro entre las manos. Porque al final tienes que ser el dueño de tu vida. Porque al final no es tan difícil como lo pintan... 



Hasta la próxima amig@s :D

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