miércoles, 11 de marzo de 2015

Te digo que Romeo y Julieta no eran de este planeta

Hoy he pensado en los "grandes" del amor. ¿Quién no conoce a Romeo y Julieta y su historia de amor?, ¿Quién no ha oído hablar de Cleopatra y Marco Antonio?, ¿de los amantes de Teruel?, ¿Calixto y Melibea quizás? 

Todas ellas son historias basadas en un sentimiento muy profundo, de los mayores y más hondos que el ser humano podría profesar: el amor. 

Como ya dijera este amor hace que veas a la otra persona como alguien "de otro planeta". Ese alguien es poco importante para el resto. Va a sus clases como el resto (o ni va), come, duerme y caga. Siento ser brusco, pero quizá ésta sea la principal diferencia que hace que el resto de historias de amor sean más importantes. Quizá este alejamiento de lo mundano haga que nos parezcan amores más sentidos, más queridos, más pasionales. 

 Pero no, nuestras relaciones también son de otro planeta, como las anteriores planteadas. ¿O es que acaso, y perdón de antemano por la cursilada, no hay veces que volemos sin escapar a su sonrisa?, ¿no hay veces en que soñamos despiertos, imaginando un futuro juntos, o viajes...? y ¿no es cierto que a veces también deseamos detener el tiempo y permanecer ahí, quietos, con la mejor vista posible ante nuestros ojos?


El ser humano parece necesitar creer en estas historias de amor para fustigarse continuamente cuando su chico/a no le regala serventesios acerca de la luz que desprende su cara o cuando no se cuela por la reja de su balcón para obsequiarla con unos lirios color turquesa que simbolizan la clarividencia. Alejémonos de parafernalia por favor, y pensemos que las relaciones de hoy en día también tienen mucho de parecido a las anteriores.

  1. Que sí, ahora no regalamos serventesios ni lirios; pero sí motes cariñosos (o odiosos para ver a la otra persona enfadarse tontamente), o canciones absurdas, o hacemos pequeños detalles con plásticos de botella.
  2. Quizás ahora no vayamos a lugares bucólicos, idílicos o que rezuman paz y quietud, pero si a otros que nos evocan a todo aquello que hemos vivido en pareja, ya sea la mejor de las plazas mayores, el más feo de los merenderos de pueblo o el más asqueroso de los baños de una mugrosa discoteca extranjera.
  3. Puede que pasemos de enfrentarnos como los Capuletos y los Montescos con las familias políticas, pero ni tan siquiera quizá te atrevas a acercarte por la vergüenza, el temor o la reprimenda que te esperará. 

Al final, sin darte cuenta vas sumando y te das cuenta de que todas las parejas del mundo también reúnen esos toques de locura necesarios. Esos momentos, lugares y frases compartidas. Esas características hacen que verdaderamente tu amor tampoco sea de este planeta, pues nadie podrá nunca llegar a entenderlo. Y cuando vuelves a juntarte con esa persona, te darás cuenta de que estás mezclando una rutina que adoras consistente en dormir juntos, visitar lugares ya vistos y volver a maravillarte con su sonrisa, con otros que tienen bastante de novedosos como nuevos viajes, lugares o anécdotas.

Y todo ello, fervientes lectores de este blog, se va acumulando en el gran libro de vuestra historia. Y vas entendiendo que no todo tiene que ser como en las grandes historias de amor. Que a lo mejor, si Romeo y Julieta te vieran comenzarían a sentir envidia de lo que tú tienes. Porque aún podremos juzgar si una relación es mejor o peor, pero quienes realmente lo saben son los que la forman. Si queréis mi consejo: vivid cada momento, esperad ansiosos cada reencuentro y después detened el tiempo. 







Hasta la próxima amig@s :D

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